La primera obra destacada de este artista es La Dama Blanca, perteneciente a la Sinfonía en blanco, de 1861. En esta obra aparece una joven (Joanna Hiffernan, amante de Whistler) con un vestido blanco, estando de pie sobre un zorro y frente a una cortina también blanca. El motivo es la representación de la pureza y la inocencia de, probablemente, una virgen. La obra, rechazada en su época, es de gran importancia en la actualidad, pues al acercarse al lienzo se puede observar que la tonalidad blanca, característica de la obra, no es un color puro, sino que está formado por muchos otros colores (blanco por aproximación). El artista, más que representar fielmente la realidad, quiere captar la esencia, el entorno y los matices que el hombre puede apreciar. Todas esas características quedan plasmadas en este lienzo.
Asimismo debemos destacar la obra perteneciente también a la Sinfonía en blanco nº2, La Niña en Blanco. En este cuadro también aparece Joanna Hifferman haciendo de modelo, esta vez girada y reflejada en un espejo, frente a una chimenea y sujetando un pai pai con motivos japoneses. Whistler pretende transmitir la filosofía del ''arte por el arte''. La obra, de 1864 estuvo expuesta en la Royal Academy. El marco original contenía un poema escrito por uno de los amigos de Whistler (Algernon Charles Swinburne), inspirado por el cuadro. El poema, titulado ''Detrás del espejo'', fue hecho en hojas de papel de oro.
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